Minimización de riesgos en la excelencia de su negocio
Cuando los empresarios mencionan los riesgos del negocio, suelen referirse principalmente al ámbito financiero, que abarca aspectos como inversiones, gastos y ganancias. Es un área que no puede descuidarse ni siquiera por un día en el negocio.
Sin embargo, cuando analizamos un riesgo materializado, por ejemplo, una compra de materia prima de importación que tiene retrasos y llegará 3 meses después de lo que se requería por contrato con el cliente “M”; supongamos que, como alta dirección, nos enteramos del retraso hasta que nos indican que vamos a tener que pagar la multa por incumplimiento de contrato.
Reaccionamos con una acción correctiva (como pagar la multa), pero también debemos conocer el por qué se dio esta situación para evitar que vuelva a ocurrir. Omitiendo otros procesos que se deben implementar en paralelo para responder a esta situación tanto a lo interno, con el personal, como a lo externo, con el cliente M.
Nos enfocamos en analizar las causas de este riesgo, identificando factores en diversos procesos del negocio y no limitándonos únicamente al ámbito financiero. Al observar las causas, logramos identificar soluciones casi inmediatas para abordarlas.
Por ejemplo: desde el ámbito de procesos, el área de compras solo tenía un proveedor extranjero para ese tipo de materia prima, podría tenerse una lista de proveedores secundarios para casos de emergencia. Otra causa, fue el área comercial, quién después de firmado el contrato no contactó más al cliente M; podría tener mayor contacto con el cliente para explicar la situación con anticipación y solicitar ampliación de plazos de la entrega. Además, se indicó
que, desde el ámbito del personal, el comprador responsable no se encontraba al momento de recibir las notificaciones del retraso de la importación, lo cual se solucionaría al asegurar tener reemplazos temporales de puestos principales, para realizar la compra, el seguimiento del pedido y notificar cualquier cambio a tiempo.
Por lo tanto, podemos observar que los riesgos están presentes en el negocio desde diferentes ámbitos: financiero, procesos, colaboradores, tecnológicos, legales, ambientales (físicos, psicológicos o sociales), cambio climático, entre otros. Para poder minimizar la probabilidad de que un riesgo se materialice generando pérdidas en la calidad del negocio, debemos estar conscientes de cuales son estos riesgos. Es decir, necesitamos analizarlos, identificarlos, determinar la significancia, establecer como se controlarían o como tratarlos en caso de materializarse y comunicarlos a las partes interesadas.
Por lo general, como alta dirección, ya hemos identificado y mapeado una amplia gama de riesgos. Por lo tanto, cuando alguno de estos riesgos se materializa, experimentamos una gran frustración. Esto nos indica que los riesgos no han sido comunicados adecuadamente a los colaboradores clave; quienes podrían controlarlos o alertar cuando están a punto de materializarse. De esta misma forma, se puede dar que los controles que tenemos actualmente requieren mejoras.
Por ende, si deseamos minimizar los riesgos que impactan la calidad del negocio, no es suficiente con simplemente conocer cuáles son estos riesgos. También es crucial involucrar a los colaboradores, establecer controles y acciones predeterminadas para actuar en consecuencia ante su materialización.